lunes, 19 de diciembre de 2011

Ultrasur

Hace ya tiempo de mi último escrito, una conjuncion planetaria peor que la de la Pajín ha hecho que tuviera el blog totalmente abandonado. Ahora que parece que ya los astros van volviendo a su órbita habitual, espero seguir martirizando más asiduamente a los pocos que me leen.

Realmente lo que me ha motivado a escribir ha sido una conversación que he tenido en la oficina esta mañana. Una compañera, votante convencida del PSOE y de los pocos defensores de ZP que se atreven a manifestarlo públicamente, me ha soltado nada más llegar: “A ver los tuyos que hacen ahora, espero que nos suban los sueldos, nos reduzcan los impuestos y bajen la edad de jubilación. Tan buenos que decís que son…”

Mi respuesta ha sido el silencio, me he acercado a la máquina de café pensando cómo explicarle la situación actual y las medidas que vamos a sufrir, sí, esa es la palabra, sufrir. Debe ser que era temprano después de un fin de semana intenso porque no he encontrado argumentos suficientes para convencerle y me he limitado a llevarme el café a mi despacho pensando que en realidad se trataba de una ultrasur de la política y que el país estaba preparado para enfrentarse a la dura situación que nos espera.

Más tarde he escuchado a Rubalcaba primero y luego a Cayo Lara. Afortunadamente la máquina de la oficina no vende alcohol. Me ha entrado miedo. No sé si hoy era una representación de política de salón o es verdad que ni siquiera nuestros políticos son conscientes de la realidad. No podemos dudar. Hay que actuar.

Estoy Seguro que la Ley de Acompañamiento llevará recortes hasta en el índice. Y que va a ser duro. Que Rajoy será Mariano Manostijeras. Que el próximo Ministro de Economía será más odiado que Guardiola en el Bernabeu y Mourinho en el Nou Camp. Y que vamos a sufrir. Pero estoy convencido de que saldremos. No nos queda otra.

Siento que mi vuelta haya sido tan aburrida, pero necesitaba desahogarme. Mañana por si acaso entraré en la oficina a la carrera y cuando vea que la ultrasur esté hablando por telefóno. Es capaz de preguntarme por qué no ha dimitido todavía Rajoy.