martes, 14 de abril de 2009

recuerdos de cine

Creía yo que estos días de vacaciones me iban a servir como cura de reposo, pero lejos de eso, mi agotamiento ha ido en aumento. No se pueden querer hacer tantas cosas en tan pocos días: visita al cantábrico en Santander, procesiones varias, actividades con la familia, una cenita con los amigos, esos arreglos en casa que llevan meses pendientes,...
Debe ser por ello que me había quedado sin ideas para escribir estas líneas. Buscando inspiración en la red, he abierto mi página de facebook, una de esas redes sociales que están tan de moda, y me he quedado con un sencillo comentario de un amigo que simplemente dice: “Gran Gran Torino”. No sé qué contestarle a mi amigo. Más que nada porque no he visto la película a pesar de mi admiración por el Sr. Eastwood, ni otras muchas este año, ni el año pasado, ni el anterior, vamos, que me he puesto a pensar y hace más de tres años que no voy al cine a pesar de lo que siempre me ha gustado. Lo malo es que creo que no soy el único al que se le ha olvidado cómo es una entrada. Yo me preguntaba por qué no paraban de cerrar salas de cine, pero la respuesta es obvia: porque no vamos al cine. Culpables somos todos, desde el que impuso la tasa del cine español, bueno algunas veces, malo casi siempre, hasta el señor de la tienda de palomitas, que parece que fijó los precios pensando que era el restaurante de Ferrán Adriá.
Ya sabemos que apareció el video, el dvd, el blue ray, el home cinema y todo lo que quieras, pero como la pantalla grande no hay nada para ver una buena película, pero sobre todo para sentirla, para vivirla. Recuerdo todavía las lágrimas derramadas junto a mi primo cuando siendo dos niños fuimos a ver Marcelino pan y vino, en blanco y negro y desde la primera fila del desaparecido cine Rex en Pamplona, recuerdo la ilusión de los domingos por ir con los amigos al cine del colegio a ver películas de Louis de Funes y similares, recuerdo a E.T., a los dinosaurios del Parque Jurásico, a Darth Vader y compañía en la Guerra de las Galaxias, al Titanic hundiéndose, al Señor de los Anillos, a Indiana Jones, a Superman y Spiderman, al peligroso Tiburón, a los Gremlins ,a Forrest Gump, a los de la lista de Schlinder, a tantos otros.....
Como parece que a este ritmo nos quedamos pronto sin salas de cine, yo por si acaso me voy a comprar una televisión de esas de muchas pulgadas ahora que han bajado de precio y voy a esperar a que salga el Gran Torino en video y poder comentar con mi amigo si me ha gustado o no la película sobre la vida de Walt Kowalski.

miércoles, 1 de abril de 2009

Frio polar

Este año me toca quedarme sin vacaciones de Semana Santa. Afortunadamente en mi caso se debe al trabajo y no a la falta de éste como desgraciadamente ocurre a muchos españoles en estos momentos. No he tenido que pensar si a la playa o a esquiar, dos opciones habituales en estas fechas, que tal y como está el tiempo habría sido una apuesta arriesgada en cualquier caso.
La verdad es que uno no sabe como acertar, si sales con chaquetita, cuatro o cinco grados, si sales con el plumas, al mediodía se nos va a veinte. Vamos, que todo el día metiendo y sacando la ropa de invierno del altillo, cogiéndonos unos resfriados de tomo y lomo o sudando la gota gorda. Al final va a resultar que el cambio climático va a ser cierto, que Al Gore, el americano ese que se pasea por el mundo adoctrinando a las masas, va a tener razón. Al menos, las temperaturas que hemos tenido este invierno en Burgos no las recordaba yo y eso que ya llevo más de una década por estos lares. Nos ha costado ver el mercurio por encima de cero y el viento que nos ha castigado ha hecho que las sensaciones térmicas fueran similares a las de Groelandia.
Pero siempre hay alguien que ve el lado positivo de las cosas, que se lo pregunten a la compañía del gas. Han tenido la excusa perfecta para justificar esa exagerada subida de tarifas que hemos sufrido. El susto que nos dimos al abrir la factura de finales de enero nos llevo a muchos a llamar para confirmar que no era un error, que esa cantidad que casi doblaba a la habitual era cierta, y la respuesta que obteníamos era que había hecho mucho frio, que el invierno había resultado muy duro. Mucho frio no sé, pero como todo siga así voy a poner un negocio de braseros, que el gas no vamos a poder ni encenderlo.
En fin, voy a aprovechar que ahora parece que está de chaquetita y me voy a dar un paseo, que esta noche seguro que está de abrigo.