Miércoles, tres de la mañana. Palacio de la Moncloa, zona privada. ZP no puede dormir. Como buen estadista repasa mentalmente los acontecimientos más importantes del día: la eliminación del Madrid, el divorcio de Belén Esteban,… cuando de repente una gran inquietud le embarga:
-¡Rápido Sonsoles!, ¡despierta!, ¡tenemos que hacer venir a todos los ministros rápido!, llama al convento que venga la vice, a la Trini, que creo que no está en el Caribe, a la pija de San Sebastián, a Corbacho, al Sebas, ¡a Bibiana!....
- ¿a Bibi Andersen? ¿llamo también a los Bardem?
- ¡no, a esa no! a la ministra de eso raro que tenemos, ¡llama a todos, corre!, , tú te los sabes mejor que yo, que vengan rápido.
- Jose, espero que sea urgente, con el sueño que tenía.
- Sonso, ¡nos jugamos el futuro!
Miércoles, cuatro y media de la mañana. Palacio de la Moncloa, zona de trabajo (¿por qué le habrán puesto ese nombre?). Llegan los ministros. Sobre la mesa el café que ha preparado Sonso y el bizcocho que sobró del cumpleaños de una de las niñas. Nadie come nada, todos están en tensión. ZP toma la palabra:
-Tenemos un gran problema que afecta gravemente al futuro.
Los ministros tiemblan, Corredor se agarra al brazo de Moratinos. De la Vega cierra los ojos. ZP sigue:
-Veo pobreza en el futuro, ¡¡¡¡¡¡no tengo plan de pensiones privado!!!!!!
Los ministros respiran. Le comunican que por haber sido presidente y ministros tienen una pensión vitalicia, que se tranquilice, que la va a cobrar ¡hasta el presidente de la SGAE!.
ZP mira incrédulo, no se lo acaba de creer, Salgado asiente con la mirada, Sonso se lo confirma, al fin sonríe.
-Bueno, pues ahora que ya está solucionado el futuro, ¿quién juega una partidita de parchís?
jueves, 11 de marzo de 2010
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